La fenciclidina (contracción del nombre químico fenilciclohexilpiperidina), conocida por su abreviatura del inglés, PCP, es una droga disociativa usada como agente anestésico que posee efectos alucinógenos y neurotóxicos. Se le conoce comúnmente como Polvo de ángel, Hierba mala o Píldora de la paz.
La fenciclidina se desarrolló comercialmente en los 1950s por la compañía farmacéutica Parke Davis. La fenciclidina está en Lista II de los EE. UU. según el Convenio sobre sustancias psicotrópicas de 1971.
La fenciclidina se desarrolló comercialmente en los 1950s por la compañía farmacéutica Parke Davis. La fenciclidina está en Lista II de los EE. UU. según el Convenio sobre sustancias psicotrópicas de 1971.
Si el PCP tiene cualquier efecto fuerte y consistente, que sea claramente diferente de otros compuestos similares es controvertido. Algunos creen que los efectos de la droga son tan variados como su apariencia. Puede ser que una cantidad moderada de PCP produzca en los usuarios una sensación de separación, distanciamiento y extrañamiento de su entorno. Entumecimiento, habla dificultosa y pérdida de coordinación pueden acompañarse con la sensación de fuerza e invulnerabilidad.
Algunos efectos observables comunes son: mirada fija, movimientos oculares involuntarios rápidos, diarrea y un caminar exagerado.
La PCP también puede elevar la temperatura corporal, lo cual explica porque mucha gente bajo la influencia de la PCP se saca la ropa en lugares públicos. Sin embargo, no hay evidencia científica de que la PCP induzca violencia.
Se alega que la PCP puede provocar alucinaciones extremas muy vívidas de cosas que están fuera de lo normal o muy extrañas según los consumidores.
Altas dosis de PCP producen un descenso en la presión arterial, la frecuencia cardíaca y la frecuencia respiratoria. Esto se puede acompañar de náuseas, vómitos, visión borrosa, nistagmus, perdida del equilibrio y vértigo. Dosis aún mayores de PCP pueden causar convulsiones, coma y muerte (aunque muchas veces la muerte se debe a suicidio o lesiones accidentales durante la intoxicación).
El uso de altas dosis de la PCP puede causar síntomas que simulen una esquizofrenia, como delusiones, alucinaciones, paranoia, pensamiento desordenado, sensación de lejanía con el ambiente y catatonia. El habla es escasa y torpe.
Algunos efectos observables comunes son: mirada fija, movimientos oculares involuntarios rápidos, diarrea y un caminar exagerado.
La PCP también puede elevar la temperatura corporal, lo cual explica porque mucha gente bajo la influencia de la PCP se saca la ropa en lugares públicos. Sin embargo, no hay evidencia científica de que la PCP induzca violencia.
Se alega que la PCP puede provocar alucinaciones extremas muy vívidas de cosas que están fuera de lo normal o muy extrañas según los consumidores.
Altas dosis de PCP producen un descenso en la presión arterial, la frecuencia cardíaca y la frecuencia respiratoria. Esto se puede acompañar de náuseas, vómitos, visión borrosa, nistagmus, perdida del equilibrio y vértigo. Dosis aún mayores de PCP pueden causar convulsiones, coma y muerte (aunque muchas veces la muerte se debe a suicidio o lesiones accidentales durante la intoxicación).
El uso de altas dosis de la PCP puede causar síntomas que simulen una esquizofrenia, como delusiones, alucinaciones, paranoia, pensamiento desordenado, sensación de lejanía con el ambiente y catatonia. El habla es escasa y torpe.
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